¡La suerte está echada! Los “merecedores” deben ser elegidos por sus “posibles” ingresos y no por lo que tienen

2020-02-20 Leer en voz alta

Por Joan López

El DNP decidió que el puntaje de las personas en situación de pobreza del Sisbén responde a una predicción de ingresos y no a la situación en la que realmente viven. Así, las personas serán juzgadas por un sistema que no entienden y de cuyos abusos no se pueden defender.

El diseño original del Sisbén estaba pensado como una clasificación de las personas de acuerdo a su “estándar de vida” medido en consumo de bienes durables, condiciones del hogar, educación, salud y características sociodemográficas. Sin embargo, como mencionamos antes, la apuesta del Departamento Nacional de Planeación (DNP) fue cambiar el Sisbén para que su puntaje “responda al comportamiento de la pobreza monetaria y multidimensional del país” centrándose en la capacidad de generación de ingresos a largo plazo. 

Con el objetivo de recortar la cantidad de personas que se pueden postular a un beneficio social, la cuarta versión del Sisbén cambió la encuesta para incluir información sobre las actividades económicas de cada persona tales como la cantidad y origen de ingresos, los gastos y los beneficios sociales que reciben.

Toda esta información se usará en un modelo creado por el DNP que utiliza nuevas variables para “predecir la capacidad de generación de ingresos a largo plazo” de las personas encuestadas para el Sisbén IV. El objetivo es que el puntaje del sistema se corresponda con la probable “capacidad de generación de ingreso” de las personas sin importar que no sea resultado de las condiciones reales del ingreso de las personas y que no sepamos cómo se mide esto.

El modelo de predicción que introduce el DNP deja una serie de preocupaciones para los derechos de las personas inscritas en el Sisbén:

  • Aquí hay un problema de transparencia, pues cuando preguntamos al DNP por los estudios previos que sustentaban ese cambio y las variables que se considerarán, la respuesta fue que la información es reservada, pues revelarla puede comprometer la estabilidad financiera por el aumento del fraude. En otras palabras, el DNP decide calificar a las personas, pero no hay posibilidades de tener un control político sobre sus actuaciones.
  • El interés por predecir los ingresos de una persona con base en una serie de reglas desconocidas acaba con la posibilidad de pedir una explicación sobre el puntaje. En este caso, no se toman características del hogar o los bienes de las personas como indicadores de su prosperidad, sino que se utilizan sus datos para predecir cuántos ingresos podría tener. Así, resulta más difícil para las personas entender de qué factores surge su puntaje y no podrían defenderse de una posible falla. En otras palabras, las personas son juzgadas por un sistema que no entienden y cuyos resultados no pueden retar.
  • El modelo que propone juzgar a las personas por una probabilidad a largo plazo de producir ingresos implica tomar decisiones con base en algo que no está pasando. El hecho de que una persona, según el DNP, pueda producir un determinado rango de ingresos no implica que realmente lo haga. De esta forma, se discrimina a las personas más vulnerables con los parámetros definidos por el DNP tomando decisiones que pueden afectar su supervivencia sobre una posibilidad y no una realidad.

El antiguo diseño del Sisbén buscaba formas para indicar la condición de vida de las personas, pero el nuevo las juzga basado en lo que podrían tener y no en lo que tienen. Esto se hace de una forma poco transparente eliminando la posibilidad de entender los puntajes y defenderse de los daños del sistema. Los efectos perniciosos de tomar decisiones elementales para la vida de las personas en situación de vulnerabilidad sobre una predicción podrían ser incalculables. 

Si quieres entender mejor de qué se trata este caso, te invitamos a revisar nuestros blogs explicativos: 

¡Cúlpelos a ellos! La vigilancia sobre las personas en vulnerabilidad

¡No pueden ser tantos pobres! La exclusión de personas beneficiarias con analítica de datos. 

¡La suerte está echada! Los “merecedores” deben ser elegidos por sus “posibles” ingresos y no por lo que tienen.

Para saber más sobre esta investigación, puedes revisar: Experimentando con la pobreza: El SISBÉN y los proyectos de analítica de datos en Colombia.

O puedes descargar el informe directamente aquí

Consulta los documentos fuente de la investigación en este link.

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